jueves, 10 de marzo de 2011

Salarios y precios (¿o debería ser al revés?)

Vamos a ver si queda claro lo que quiere decir / lo que significa / lo que hay detrás / las consecuencias que tiene, eso de lo que ahora se está hablando tanto y que ha quedado plasmado en negro sobre blanco en un documento oficial: en el proyecto de Pacto de Competitividad europeo.
De entrada: vincular salarios y productividad es supermaravilloso porque es lo que debe ser: lo-que-debe-ser, el problema estriba en que para poner en marcha eso, previamente: pre-via-men-te, han de pasar cosas.
Para vincular los salarios y la productividad, lo primero que tiene que suceder es que la productividad sea elevada, cuanto más elevada sea mejor para los salarios, por lo que si la productividad es reducida hay que elevarla, y, ¿cómo se aumenta la productividad?, ¿poniendo capataces con látigos para obligar a los trabajadores a que trabajen más deprisa?, evidentemente, hoy no, se hace: a) depurando, mejorando, sofisticando, perfeccionando la organización (lo que engloba, en el caso del factor trabajo, la motivación del personal contratado), y b) aumentando lo que haga falta la inversión, ni mucho ni algo: lo que haga falta.